Cuidado facial minimalista

Cuidado facial minimalista

Muchas veces caemos en la trampa y tenemos demasiados productos, uno específico para cada cosa. En el caso de los productos para el cuidado de nuestra piel, hace que nuestro cuarto de baño se convierta en todo un muestrario  de botes y nuestra rutina diaria en un complicado ritual. Pero ¿es necesaria tanta parafernalia e invertir tanto dinero en cosmética?

La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo, y en nuestra piel se ve reflejada nuestro estilo de vida. Para mantenerla sana, sólo es necesaria: una alimentación sana y equilibrada, hidratación, higiene, dormir las horas necesarias, protegerla del sol y ser positiv@s.

Yo creo que hay que ir a lo sencillo, a lo natural, sin complicarnos la vida. Como todo en la vida, muchas veces descubrimos por casualidad que no son necesarias tantas cosas para tener una piel cuidada y sana. Yo lo descubrí hace justo un año, a raíz de una alergia en mi piel, así que empecé a simplificar, a utilizar cosmética natural y adoptar también el minimalismo en mi piel.

Así que en mi cuarto de baño sólo tengo un buen jabón que descubrí y me encanta. Aquí dejo el link los jabones de mi mujer que utilizo para cara, cuerpo y cabello. Sencillo y sin botes de plástico en mi cuarto de baño, una sencilla jabonera con piedrecitas para drenar el jabón.

Ritual para mantener una piel sana

La simplicidad es la clave y lo que es bueno para ingerir, también lo puedes aplicar sin problemas en tu piel. Así que en tu cocina tienes gran parte de los ingredientes que necesitas, eso sí, te aconsejo comprar productos de calidad.

Un buen jabón, aceite de calidad, una buena crema hidratante para tu rostro y cuerpo y una infusión de manzanilla como tónico es todo lo que necesitas para limpiar, hidratar y cuidar tu piel.

Limpieza del rostro

Las japonesas, dan una gran importancia a la piel del rostro y en su ritual está la doble limpieza. Pero ¿en qué consiste la doble limpieza?

La doble limpieza es limpiar y limpiar, así de sencillo y se realiza en dos pasos:

En el primer paso, la limpieza la haremos con un buen aceite (oliva, girasol, coco, almendras dulces) para eliminar maquillaje, grasa, polución y polvo que se acumula durante el día en nuestra piel. Ponemos un poco de aceite en un disco de algodón facial. Pasa el disco por todo el rostro, con movimientos suaves y circulares.

Para desmaquillar los ojos, podemos hacerlo con un disco facial mojado con la infusión de manzanilla y un poquito de aceite.

En el segundo paso, limpiaremos nuestro rostro con un buen jabón para eliminar la suciedad que haya podido quedar y las células muertas. A mí me gusta la redecilla para hacer jabón, de Muji, ya que hace una gran cantidad de espuma. Se humedece la red, se frota un poco con el jabón y se vuelve a  frotar para hacer la espuma. Se humedece el rostro y se masajea con la espuma de jabón, evitando los ojos.

Retiramos el jabón con agua templada. El agua muy fría puede que no nos quite bien todo el jabón y el agua muy caliente resecará nuestra piel. Secamos con suaves toques con una toalla limpia, sin frotar y aplicamos un tónico hecho con una infusión de manzanilla, que conservaremos en un bote de cristal en el frigorífico (dura aproximadamente unos cinco días).

Después aplicaremos una buena crema hidratante. Yo hago una con una cucharadita de gel de aloe vera puro 100%  (de venta en herbolarios) y otra cucharadita de aceite de argán (bio, no cosmético y de primera presión en frío) . Se bate con una batidora pequeña para hacer espuma de leche y la conservo en el frigorífico en un bote de cristal, la uso por las noches. Otras veces hidrato mi piel con unas gotas de aceite de oliva virgen extra. Cuando el aceite es de calidad, hidrata la piel sin engrasarla.

Una vez a la semana, puedes hacer un peeling suave con una cucharadita de bicarbonato y dos cucharaditas de aceite de coco, batiéndolo con la pequeña batidora. Humedecemos la piel y hacemos el peeling con suaves masajes circulares. Aclaramos el rostro y lavamos con un poquito de jabón.

Conclusión. Nuestro cuarto de baño lo podemos convertir en nuestro spa, de manera sencilla, sin complicaciones. Cuando cuidamos nuestro cuerpo, también lo estamos haciendo con nuestro espíritu y como veis, tampoco son necesarios tantos productos y complicados rituales. Simplifica tu vida de productos y envases innecesarios, tu piel y tu economía te lo agradecerán y de paso, pones tu granito de arena protegiendo el medio ambiente. Menos envases, menos basura.

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